Este es el nivel de tristeza, pérdida y dependencia. La mayoría de nosotros lo hemos experimentado por algún período de tiempo, pero aquellos que permanecen en ese nivel, viven una vida de lamentos y depresión constante.
Este es el nivel del duelo, el luto y remordimiento crónico por el pasado; es también el nivel de los perdedores habituales y el de los jugadores crónicos que aceptan el fracaso como parte de su estilo de vida, a menudo perdiendo trabajos, amigos, familia y oportunidades, así como dinero y salud.
Grandes pérdidas precoces en la vida pueden convertirlo más tarde en una persona vulnerable a la aceptación pasiva del sufrimiento, como si la congoja fuera el precio de la vida. En el Sufrimiento, uno ve tristeza por todas partes: en los niños pequeños, en la vida misma. Este nivel polariza toda la visión de la existencia.
Parte del síndrome del Sufrimiento es la noción de
que lo que se ha perdido,
o lo que eso simbolizaba, es irremplazable.
Hay
una generalización en este sentido, de manera que se cree que la pérdida de
un ser amado equivale a la pérdida del amor mismo. En este nivel, un tipo de
pérdida emocional de esta categoría puede desencadenar una depresión
seria o hasta la muerte.
Aunque el Sufrimiento tiene
más energía que la Apatía. Por lo tanto, cuando un paciente apático
traumatizado comienza a llorar, sabemos que se está mejorando. Una vez
que empieza a llorar, comerá de nuevo.
Fuente:
Dr. David R. Hawkins
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