En este estado más evolucionado,
nada de lo de “ahí afuera” tiene la capacidad de hacerlo a uno feliz o infelíz
y el amor no es algo que se da o se quita por otros,
sino que se crea desde el interior
En este nivel de consciencia ha tenido lugar una gran transformación, con la comprensión de que uno es a la vez la fuente y el creador de las experiencias propias de la vida. Tomar tal responsabilidad es característico de este grado de evolución, el cual se distingue por la capacidad de vivir en armonía con las fuerzas de la vida. Todas las personas en niveles por debajo de 200 tienden a sentirse
impotentes y se ven a sí mismas como víctimas, a merced de la vida. Esto se
origina de la creencia de que la fuente de la felicidad personal o la causa de
los problemas propios está “por ahí fuera”. Un salto enorme, recuperar el
poder personal, se completa en este nivel, con la realización de que la fuente
de la felicidad está dentro de uno mismo.
La Aceptación no debe ser confundida con la pasividad,
la cual es un
síntoma de apatía.
Esta forma de Aceptación permite el compromiso con la vida en nuestros propios términos, sin tratar de hacer que se conformen a
una agenda.
Hay calma emocional con la Aceptación y la percepción se dilata
al trascender la negación. Uno ve ahora las cosas sin distorsiones o malos
entendidos; el contexto de la experiencia se expande para que uno sea capaz
de “tener una visión general”.
La Aceptación tiene que ver esencialmente con
el equilibrio, la proporción y la idoneidad.
El individuo en el nivel de Aceptación no está interesado en determinar
lo que es bueno o malo, sino que en su lugar, está dedicado a resolver
asuntos y a encontrar la forma de resolver los problemas.
Los trabajos duros
no les causan incomodidades o desfallecimientos. Las metas a largo plazo
son más importantes que las metas a corto plazo, sobresaliendo la
autodisciplina y el dominio.
En el nivel de Aceptación no estamos polarizados por conflictos o
antagonismos sino que vemos a las personas con los mismos derechos que
nosotros y honramos la igualdad. Mientras que los niveles más bajos se
caracterizan por la rigidez, donde la pluralidad social comienza a emerger
como una forma de resolver los problemas. Por lo tanto, este nivel está libre
de discriminación o intolerancia; existe la consciencia de que la igualdad no excluye la diversidad, la Aceptación incluye en lugar de rechazar.
Fuente:
Dr. David R. Hawkins