En el nivel de CORAJE,
sucede
la consecución del verdadero poder;
por lo tanto, también es el nivel del
empoderamiento.
Esta es la zona de exploración, logros, fortalezas de ánimos y determinación.
En los niveles más bajos, el mundo es visto como
desesperado, triste, temible o frustrante; pero en el nivel del CORAJE, la vida se
ve como algo emocionante, provocativa y estimulante.
El CORAJE implica la voluntad de intentar nuevas cosas y lidiar con los
cambios y los retos de la vida. En este nivel de empoderamiento, uno es
capaz de afrontar la vida y aprovechar las oportunidades que ésta nos brinda.
En este nivel está disponible la energía para, por ejemplo, aprender un nuevo
trabajo.
El crecimiento y la educación son metas accesibles. Existe la
capacidad de enfrentar los miedos o los defectos del carácter y de crecer a
pesar de ellos; la ansiedad no nos inhabilita en nuestro empeño como lo
harían otros estados más bajos de la evolución.
Los obstáculos que vencen a
las personas cuya conciencia está por debajo de 200, actúan como
estimulantes para aquellos que han evolucionado en el primer nivel de
verdadero poder.
Las personas en este nivel le devuelven al mundo tanta energía como
toman; en los niveles más bajos, las poblaciones así como los individuos
agotan la energía de la sociedad sin reciprocidad. Como los logros resultan
en respuestas positivas, la gratificación y la estima propias se afianzan
progresivamente. Ahí es cuando la productividad comienza. El nivel de
conciencia colectivo de la humanidad permaneció en 190 por muchos siglos
y, curiosamente, tan sólo en la última década saltó a su nivel actual de 204.
Fuente:
Dr. David R. Hawkins
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