Lo vivo y lo muerto no son reinos que se den separadamente. Actúan juntos de muchas maneras.
Ante todo, la vida es una fuerza trascendental
que solamente puede manifestarse
aquí en el mundo
por ayuda de la materia muerta.
La vida coge el material muerto
y lo transforma en una sustancia viva. Es lo que pasa cuando una planta aspira
dióxido de carbono y agua y produce azúcares y levanta todo su cuerpo.
La vida no es algo
estático. Las plantas pueden marchitarse y morir.
Cuando la vida ha
desaparecido las fuerzas químico-físicas continúan.
La sustancia que ha estado
viva va a ser descompuesta y mineralizada. Puede parecer extraño, pero es algo
característico de todo lo vivo el morir antes o después. Así pues, no hay un
mundo vivo y un mundo muerto, sino un permanente cambio entre muerte y
renovación.
Tiene mucha
importancia el comprender realmente que lo vivo es un reino diferente con sus
propias leyes, y por eso pide de nosotros otra manera de pensar y otras ideas
que el mundo muerto.
Fuente:
La Dinámica de lo vivo, Kjell Arman
Editorial Rudolf Steiner, Madrid