Necesitamos adaptarnos a las enormes oleadas de energía electromagnética recibidas en las tormentas solares como las que estamos viviendo por estos días, (marzo 2015).
Dormir es una forma de asimilarlas,
ya que la estática mental queda interrumpida.
Puede suceder estar cansados de día, pero despiertos por la noche. No encontrar las
palabras cuando queremos decir algo, quedarnos a veces como en suspenso antes de responder.
Los cuerpos físico, mental y emocional, realizan los movimientos necesarios para integrar la recepción de energía, y nos sentimos raros.
Literalmente, una llamarada
es como un reseteo.
Es emitida una luz extra que prácticamente nos obliga a
meditar, porque interrumpe el ruido habitual del planeta, y detiene el
movimiento de nuestros cuerpos sutiles.
Inmersos en este “apagado”,
podemos aprovecharlo para:
Hacer Silencio varias veces
al día, aunque sea en períodos breves.
Desprendernos, en escaso tiempo, de patrones-votos-contratos-programas
que han
detenido nuestro avance.
Visualizar nuestras metas y verlas cargadas de partículas de luz.
Descubrir, "bajar", nueva información acerca de cómo resolver
problemas.
Reprogramar nuestra salud y nuestro cuerpo.
Reconocernos como energía, dejando rápidamente atrás el concepto
de nuestros
cuerpos como objetos.
Incrementar nuestra frecuencia utilizando todos los medios de que disponemos.
Unirnos, fundirnos, respirar, oler, tocar, saborear todo lo que la Naturaleza
nos ofrece.
Dormir pequeñas siestas, si es posible, en el momento en que el cuerpo lo pide.
Fuente: Portal de Alana
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