Naturalmente los guerreros espirituales pueden tener miedo, pero aún así, son lo bastante valerosos para saborear el sufrimiento, para relacionarse claramente con su miedo fundamental, para extraer sin evadirse las lecciones de las dificultades.
"Llegar a ser un guerrer@ espiritual significa
que podemos cambiar nuestra mezquina lucha en pos de la seguridad
por una visión mucho más vasta,
una visión de intrepidez, apertura y auténtico heroísmo."
Entrar en el campo transformador de esa visión mucho más amplia
es aprender a estar a nuestras anchas en el cambio
y hacer de la impermanencia nuestra amiga.
Fuente:
"El libro tibetano de la Vida y la Muerte"